termometro

La fiebre en los niños

Se habla de fiebre cuando la temperatura corporal está por encima de 38ºC. Cuando la temperatura oscila entre 37-38 ºC hay que hablar de febrícula o “décimas”. Debe comprobarlo midiendo la temperatura en la axila con un termómetro. El aumento de la temperatura puede obedecer a diversos motivos. Es el síntoma más común y representa la causa más frecuente de consultas en pediatría.

¿COMO SABER QUE TU NIÑO TIENE FIEBRE?

El niño con fiebre tiene su cara y cuerpo calientes, aunque sus manos y pies pueden estar fríos. Otros signos que pueden ayudar a sospechar que tiene fiebre son: mejillas enrojecidas, sudoración, ojos brillantes, respiración rápida, sed, adormecimiento, llanto, inquietud e irritabilidad. Lo primero que debe hacerse cuando se sospeche fiebre es medir la temperatura real del niño con un termómetro; hay que evitar, por su inexactitud, «tomar la temperatura» tocando al niño en la frente con la palma de la mano.

¿QUE HACER CUANDO TU NIÑO TENGA FIEBRE?

Mantener la calma. Lo más probable es que la fiebre sea consecuencia a un proceso leve.

Se pueden tomar una serie de medidas para intentar disminuir la temperatura y que el niño se encuentre menos incómodo:

Medidas ambientales:

Mantener la habitación una temperatura agradable (21 o 22º C).
Medidas físicas:

Dejar al niño con poca ropa, favoreciendo así la pérdida de calor por radiación y evaporación.
Ofrecerle líquidos frescos con frecuencia y en pequeñas cantidades (agua, zumo, leche)
Bañar al niño durante unos 15 o 20 minutos en agua templada (nunca fría). La temperatura del agua estará 2º C por debajo de la temperatura que tenga el niño.
Aplicar paños de agua tibia en la frente, el tórax y las extremidades; no utilizar paños de alcohol o colonia.
Habitualmente se recomienda consultar con el pediatra entre las 24-48 horas de iniciado el proceso febril.
Se aconseja acudir al Médico de manera urgente si el niño está muy decaído, tiene mal estado general, está irritable, le han aparecido granos o manchas en la piel, ha tenido una convulsión, la temperatura axilar es superior a 40,5 ºC, el niño se queja de dolor de cabeza y vomita.

TENER EN CUENTA QUE LA FIEBRE ES UN MECANISMO DE DEFENSA NATURAL, SE PRODUCE CASI SIEMPRE, EN RESPUESTA A UNA INFECCIÓN. POR TANTO, LA FIEBRE EN SÍ MISMA NO TIENE POR QUÉ SER MALA.